THE CHILEAN
CRISALIDA O (una metáfora remite a otra metáfora)
Si existe un concepto que queda circulando en el imaginario de la crisálida es el de transición. Una
metáfora lleva a la
otra y es difícil obviar una lectura que no se oriente a la emergencia de los
movimientos sociales de 2011 que brindan las condiciones de producción de la obra de Ovalle. En el
apogeo del neoliberalismo (incluye su propia crisis), el excedente no es solo la
circulación de los bienes sino además la circulación de individuos (¿acaso
sujetos?) que no alcanzan a dar con su malestar. La circulación de esta nueva
demanda social que exige un nuevo contrato cívico, no solo es pública, es además
privada y se hace en lo virtual y mediático (plataformas y redes sociales). Lo
colectivo se hace íntimo.La crisálida social empieza a tomar cuerpo y a hacerse
cargo de un deseo, tan incipiente como precario (¿puede el deseo ser de otra
manera?), confuso y limítrofe entre la constitución de un sujeto autónomo,
autodeterminado, y el establecimiento definitivo de la figura mercantil del
cliente. En ese intersticio genera obra
Ovalle.
Pliegues que permiten escenificar el juego siempre infantil y
perverso de ocultar/mostrar. La producción develalas suturas por las que
se cuela la representación de una infinidad de voces. Polifonía virtual que
permite hacer de Facebook el simulacro de un tejido social, arruinado en sus
últimos 40 años (dictadura y postdictadura/transición); oculta la pauperización
de esta palabra imbunche,
lenguaje nacional balbuceante que no logra articular un mensaje, sino apenas
intenta un decir mudo. Todo el coro de chilenos que salivan un lenguaje y
desplazan su vergüenza en un personaje infantil
(Zafrada). Devela un Chile hiperglobalizado, enajenado en el éxtasis
postcapitalista, al día con las cifras macro y los estándares OCDE;
ocultando las cifras micro, la enajenación de sus recursos y la dudosa calidad
de nuestra convivencia republicana, basada –todavía- en pilares
dictatoriales.
Para Ovalle, la crisis es de representación. Por una parte, el
modelo de participación institucionalviciado permite la proliferación de
opiniones instantáneas; por otra, los intentos de acomodo social, en su
velocidad, van un paso adelante –cuando no dos- en relación a las tecnologías
artísticas, que no logran dar cuenta de lo real. Son las categorías las que
quedan obsoletas, requiriendo cruces, hibridaciones y dislocaciones para nombrar
la experiencia. Que el soporte de esta obra sean las páginas de las redes
sociales es un síntoma. Paradoja de una estética callejera poco academicista que
encuentra su puerto/ancla en la sfumatura virtual del collage, metonimia de una identidad
nacional que se desarrolla como work in
progress.
El año 1922, el Ministro de Educación de México, José Vasconcelos,
invita a Gabriela Mistral a
participar de la reforma educativa de ese país. En su exilio poético y
diplomático, volverá pocas veces al país. Cincuenta años más tarde, el país
azteca nos devolverá –agradecido- otra figura del imaginario educativo: el quijotesco profesor
Jirafales. Ambos íconos de lo popular y latinoamericano. La producción
escarba en estas memorias residuales, para visualizar el tipo de educación que
conviene a las incipientes naciones americanas, por sobre la importación
irreflexiva de modelos foráneos.
La internacional TheChileanCrisalida habilita discursos y
produce una poética de la crisis. Los diversos formatos, que incluye el uso de
video, no instalan preguntas ni diagnósticos, ofrecen una mirada estrábica. Un
ojo inserta una palabra/relato en el contexto de movimientos ciudadanos
recientes que justamente no encuentran cristalización en el discurso público; el
otro, hace circular sentidos en un contexto de pura experiencia.
Toda obra es un recorrido de lectura. El Profesor Jirafales, y
sus expresiones; Mistral y Zafrada, con sus
neologismos, voluntarios o no; el chimpancé, y su silabeo, nos recuerdan que la
única manera de empezar es aprender a hablar nuevamente. Habrá que
desaprender.
El arte de Ovalle no solo refleja un movimiento social, lo
continúa y exacerba. TheChileanCrisalida es
la pulsión de los días que corren.
Santiago de Chile, junio de 2012
Germán Cossio
Magister Estudios Latinoamericanos
Docente Literatura U. de Chile
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